viernes, 24 de enero de 2014

Dolor

He desarrollado la capacidad de manejar el dolor. No es que no exista, ni que lo haga desaparecer; simplemente, lo guardo para después. Es como si con mucha serenidad y decoro agarrara mi dolor, lo doblara y lo guardara en una cajita bien cerrada para sacarlo cuando esté sola. A veces, el dolor se me escapa de su cajita, se me cuelga de la garganta y se me sube hasta los ojos luchando por salir. Pero lo vuelvo a guardar. He logrado convencerlo de que solo salga cuando estoy sola. Entonces se derrama a mares y me aprieta la garganta y el pecho hasta dejarme con la respiración entrecortada. Lo dejo libre, pero en silencio. Así, puedo, por ejemplo, estar en el baño llorando profusamente y a los cinco minutos estar sentada con mi familia a la mesa siendo el centro de la conversación y las risas. Mi dolor espera sentadito en su caja. Puedo dejar que me destroce en la ducha hasta dejarme temblando en cuclillas y después salir radiante para irme a la reunión. Mi dolor se queda esperando. Puedo mirarlo a la cara y felicitarlo sonriente por su reciente noviazgo y esperar a derrumbarme recién cuando llegue a casa. Sé que mi dolor está ansioso por recibirme esperando a que me quede sola.
10/11/13
Me despierto. Mis pensamientos enredados poco a poco se clarifican. "Buenos días, amor. ¿Cómo amaneciste?" Me abraza. Yo trato de perder mi frío cobijándome en él. Pero sigo helada. Me levanto. Tarde, como siempre. Me peino y me visto para él. Me visto apurada y pienso en su expresión si me viera vestida de Profesora. Recojo las pruebas y me voy. Pienso que a esta altura de mi vida él tendría que llevarme. Llego a la escuela. Niños, gritos, peleas, decisiones, otros profes, papeles...
- Profe, ¿cómo se llama su novio?
- Joel
Vuelvo la cara al pizarrón con una sonrisa fingida y pienso que estoy loca o enferma. Salgo de la escuela. A esta altura, él debería venir a buscarme. Llego a casa. Dejo los bolsos en el escritorio. Me miro en el espejo. Estoy sucia con tiza, tengo un rodete en el pelo hecho a las apuradas y en los ojos claros signos de cansancio. ¿Cómo va a quererme? Es lógico que él no se fije en mí. Se merece a alguien que siempre sea hermosa, que jamás esté cansada. Me cambio y me siento a comer comida que yo no cociné. ¿Cómo va a quererme así? Es lógico que no le atraiga. Se merece a alguien que sepa atenderlo como toda una mujer, que le cocine, limpie y lave, que lo mantenga limpio y lleno. Termino de comer. Pienso que debería ponerme a corregir pruebas, o tal vez, limpiar mi habitación o hacer gimnasia. Pero después de un par de vueltas me doy cuenta de que no tengo fuerzas ni ganas para nada así que me acuesto a dormir. Él se acuesta conmigo. Esta vez converso con él. Yo estoy preocupada por algo y él me tranquiliza. Yo me pongo a llorar y él me abraza. Pienso que es un cliché y que estoy enferma y luego me duermo. Me despierto aturdida. Miro el reloj. Pasaron tres horas. Con razón me duele la cabeza. Lo extraño mucho. Me lavo la cara y me preparo un té de cualquier cosa. Prendo la computadora. Quizás, él se conecte. Veo un montón de noticias sin mirar nada. Él no está. Fotos y más fotos de gente que conozco pero no me importan. Son felices. Yo también fui feliz. Fui muy feliz. Veo un vídeo de cualquier cosa para pasar el tiempo. Mi foto de perfil muestra a una chica insegura y tonta. ¿Cómo va a quererme? Él se merece a alguien que tenga más de 80 MG en su foto de perfil, que llame la atención de todos, que no pase desapercibida. El té se enfrió y está horrible. Él se conectó. Por unos segundos soy feliz. Ahora espero a que me hable. Pasa el tiempo y él se desconecta. Me pregunto si se acordará de mí. Apago la compu y me pongo los auriculares. No hay nadie en casa. En la radio pasan una canción de Carlos Vives y él me saca a bailar. Bailamos hasta transpirar todos los temas que ponen. Yo estoy hermosa y él está enamorado de mí. Pongo el agua para bañarme. Al desnudarme veo todas esas grasas abdominales que había logrado ocultar bajo la ropa. Veo una cicatriz gigante. Veo mis pechos pequeños. ¿Cómo va a quererme? Se merece una mujer que pueda acariciar por las noches, una que no sienta vergüenza de mostrarle toda su desnudez. Salgo de bañarme. En la tele dan una novela. Somos yo y él. Se nos ve felices. Atravesamos muchos obstáculos para estar juntos y las escenas del próximo capítulo muestran que tendremos que seguir luchando. No ceno. A él no le gustan las gordas. Me acuesto con hambre y él se acuesta también. "Te extrañe, amor. Que descanses. Buenas noches"
09/11/13
Ya esta bien. Ya entendí. Lo acepto. Humilde y derrotada acepto que estás adentro de mi mente, que no puedo sacarte, que aunque me incomode te has adueñado del centro de mi pecho y no puedo ni siquiera protestar.
Siempre supe que estabas colándote, que ibas extendiendo tus ramas por todo mi ser. Y hasta pude prever que llegaría el momento en que no podría escapar de tu conquista. Lo supe hace años. También supe que iba a doler. Porque no coincidimos, porque somos distintos, porque vos, porque yo... Aún así, no pude huir. Intente, pero no pude. Recordé todos tus defectos, imaginé de todas las formas posibles el dolor, el desastre que ibas a causar en mí, traté de alejarme, de negar, de enterrar de olvidar, de ignorar, corté tus ataduras, ... ¡oh!,juro que lo intenté. Y puedo decir con sinceridad que hubo momentos en que lo logré, momentos en que llegaba a la cima, en que escapaba de vos, en que me sentía libre. Pequeños lapsos en los que no te pensaba, o mejor aún, en los que no me reinabas. Pero solo bastaba una mirada tuya, una palabra tuya por estúpida y coloquial que parezca para echarlo todo a perder. Y tenía que empezar de nuevo.
Pero ya no puedo ni siquiera intentar huir. Ya no tengo argumentos con los cuales protegerme. Ganaste. Me venciste. Y es que lograste llegar al centro, al interior de mi ser. No es cursilería, de verdad.
Todos tenemos una médula emocional, aquello que nos sostiene y nos define y de lo cual depende nuestra propia identidad y nuestros actos y decisiones. Es nuestra esencia. Aquello que con el tiempo hemos ido configurando como lo que somos. Ahí llegaste y de ahí no te puedo sacar. Enarbolas en tu bandera aquellos ideales que también son los míos. Luchas apasionadamente por lo que yo siempre he luchado, por lo que yo más amo. Sostenes con firmeza los mismos valores que rigen y dan estructura a mi vida. Y no solo eso, puedo verte defender con mucha más eficacia y fuerza que yo, aquello que me define.
No quiero ser así. Me gustaría ser como otras chicas a quienes les llega el amor y las convierte en mujeres hermosas y dichosas. Yo no quería sufrir. No quería ser cursi, ni estar escribiéndote algo que jamás vas a leer, mientras afuera llueve y yo lloro. Esto es horrendamente cursi. Yo quería ser fuerte. Pero me convertiste en "un lirio al pie de una montaña". La primera vez que leí eso pensé que era debilidad. Más ahora me siento así, como un lirio sin movimientos al lado de tu majestuosidad. Y me da miedo ser débil.
Hoy te escuché mientras tratabas de ayudar a una persona a que encamine su vida y no pude menos que amarte.





lunes, 20 de mayo de 2013

¿Está enamorada la Luna?

Hoy te extraño y estás lejos
más si estuvieras acá,
correría hacia el oeste
para volverte a encontrar.

Hoy extraño tu mirada
más si siento tu mirar,
mi corazón se estremece
y comienza a palpitar.

Hoy te extraño y hace frio
más si siento tu calor,
tengo miedo que en tus brazos
pueda morirme de amor.

Si tú estas lejos me calmo
pero si sé que no estás
siento el alma congelada
y de tristeza empañada.

Si tú estas lejos me calmo
pero si no te vuelvo a ver,
mi cuerpo se desvanece
y poco a poco desaparece.

Si tú estás lejos me calmo
pero si no te vuelvo a sentir
quizás logre sobrevivir
pero prefiero morir.

Por eso...
no te acerques ni te alejes
no me tomes ni me dejes.
Quédate libre en tu cielo
donde te pueda ver bien.

que si tu faltas me muero,
te necesito en el cielo;
que me matas si me quieres,
si no me quieres, también.

Después de escribir


Perdonemé que así esté
es que acabo de escribir.
El culpable no es usted,
solo es difícil vivir.

Después de escribir me siento
nostalgiosa y enredada
blanda, sin movimientos,
con tristeza en la mirada.

"Por fin lo pudiste decir
-arguye mi pensamiento-
pues no se puede vivir,
hablándole solo al viento."

"Hasta que logras hablar
-me gritan mis soledades-
pues puede desanimar
ocultar tantas verdades."

Y es así que en mis poemas
dejo parte de mi ser
los escribo gota a gota
me desangro sin querer.

Perdonemé que esté así,
en un rato se me pasa,
más mucho me ha de aliviar
si usted se acerca y me abraza.

LA LUNA Y EL SOL

Desde su hamaca de plata
se inclina para escuchar
las serenatas de grillos
que la quieren alcanzar;
la invitan a que se acerque
para ponerse a charlar
con el croar de las ranas
y con el viento bailar.

La Luna se ruboriza
pero comienza a bajar,
se levanta su vestido
para a nadie despertar
y comienza de puntitas
por el pasto a caminar

Cuando se mete en el lago
su sonrisa es aún más bella
y entre sus negros cabellos
hilos de plata destellan;
al verla nadar tiritan
la laguna y las estrellas.

Sus ojos negros seducen
al viento galanteador
que roza su piel morena
y aspira su aroma a flor
hechizado en su cintura
de blanco y tibio resplandor.

Pero  ella ya tiene dueño,
brillante y descomunal,
a quien mira desde lejos
porque le puede hacer mal.

Ella sabe que la hiere
más no lo puede evitar
espera a verlo de nuevo
para volver a brillar

Dicen que fue hace siglos
cuando el Rey pasó a su lado
que vio su rostro angelado
y de ella quedó prendido,

le dio una hamaca de estrellas
le dijo algo al oído
que a la Tierra estremeció
y en ella arrancó un suspiro.

Desde entonces se ven de lejos,
y si se logran cruzar,
se acercan más no se tocan,
solo se miran pasar.

Más del amor nadie escapa
y esa huida demencial
ese amor que está truncado
por su eterno baile astral
estallará en un eclipse
con un beso celestial.

jueves, 4 de abril de 2013

Chica Independiente

Chica independiente
que sales a trabajar,
que manejas tus horarios
y que sabes bien hablar,
que esperabas a ser grande
para tener libertad
y que evitaste ataduras
para al fin poder volar.

Chica independiente
que te haces respetar
y que varias de tus metas
ya las pudiste alcanzar,
que te mueves como el viento
en el caos de la ciudad,
que luchaste y te crees fuerte
para enfrentar la sociedad.

Chica independiente
que lograste alcanzar
que te llamen Profesora
y que te hagan un lugar,
que te sientes fuerte y lista
como para nunca parar
y al mundo de un bocado
por fin poderlo tragar.

Pobre chica independiente,
no esperabas encontrar
a quién con solo mirarte
pueda ponerte a temblar.